Gran Canaria guarda con recelo diferentes localidades, puesto que son un auténtico tesoro oculto. Una de ellas es La Aldea de San Nicolás, de la que os hablamos hoy en el blog de FirstMinute Excursions y LastMinute Transfer.

Conociendo La Aldea de San Nicolás

La Aldea de San Nicolás, situada en la isla de Gran Canaria, es un municipio que ofrece una combinación única de belleza natural, rica historia y tradiciones arraigadas.

Cuenta con una superficie de 139 kilómetros cuadrados. Este pintoresco rincón de la isla se extiende desde la costa hasta el interior, con una altitud de 340 metros sobre el nivel del mar. La Aldea de San Nicolás se conoce por sus impresionantes paisajes costeros, su arquitectura tradicional y su variada oferta gastronómica.

La historia de La Aldea de San Nicolás se remonta a siglos atrás, con raíces que llegan a la época de la conquista de las Islas Canarias.

Durante la Guerra de la Independencia, el municipio fue testigo de importantes enfrentamientos entre las élites de Tenerife y Gran Canaria. Esto generó una fuerte efervescencia social y política. A lo largo de los siglos, ha experimentado un desarrollo significativo, consolidando su identidad como un pueblo con una fuerte herencia histórica y cultural.

Qué ver

El municipio brilla por su impresionante entorno natural, que incluye 33 kilómetros de costa con playas de piedra, pequeñas calas y cuevas. Además, alberga la Reserva Natural Integral de Inagua. Se trata de un pinar que cubre el antiguo macizo del centro-oeste de la isla. También ofrece la Reserva Natural Especial de Güi-Güi, que cuenta con una gran variedad de especies vegetales endémicas y una singular avifauna marina.

La Aldea de San Nicolás también es famosa por su arquitectura tradicional canaria, que se refleja en las casas de piedra y barro del siglo XVII y XVIII. Los visitantes pueden apreciar esta rica herencia cultural a través de un itinerario por el municipio, que incluye la Casa del Balcón, la primera casa del casco urbano, así como las Casas Blancas y la Casa del Corredor en el barrio de Tocodomán.

La localidad está rodeada de una naturaleza virgen y exuberante. Los acantilados de Tasarte, que se elevan hasta 600 metros sobre el mar, son un lugar impresionante para practicar senderismo o simplemente disfrutar de las vistas.

La playa de La Aldea, de 3 kilómetros de largo, es una de las playas de arena negra más grandes de Gran Canaria. Es un lugar ideal para nadar, tomar el sol o practicar deportes acuáticos como el surf o el kitesurf.

Para los amantes de la naturaleza y el deporte, es el punto de partida ideal para explorar algunas de las rutas de senderismo más impresionantes de Gran Canaria.

Los caminos que atraviesan el Parque Natural de Tamadaba y los que conducen hacia el Roque Nublo ofrecen vistas panorámicas y la oportunidad de descubrir la rica biodiversidad de la isla.